28 de marzo de 2012 de François Leclerc |
No habrá pasado mucho tiempo antes de que se haga publico y notorio una
evidencia : el plan del gobierno para recapitalizar los bancos españoles
se ha subestimado completamente. Se dijo en su momento que eran necesarios
52.000 millones de euros, pero según El País ciertas estimaciones más serias
hablan de por lo menos el doble, a condición, claro esta, de que la situación económica
no se deteriore más. Problema añadido: ni en un caso ni en el otro los bancos podrán
conseguir tales cantidades en los mercados.
Joaquín Almunia, el comisario de la
competencia ha confesado. Ha estimado fuera de micrófono delante de un cónclave
de periodistas en Madrid –pero Reuters reveló la fuente, en un principio anónima-
que al gobierno le convendría recurrir al MES (mecanismo europeo de estabilidad)
que aun se esta constituyendo, para recapitalizar sus bancos sin mas dilación. Ya que no queda otro modo de proceder.
Además se hace evidente, según el economista Luis Garicano, que el impacto
presupuestario de una reducción del déficit del 8,5% al 5,3% del PIB, el
objetivo para lo que queda de año estaría entre los 53.000 y 64.000 millones de
euros en recortes. Una cantidad totalmente inalcanzable que debía ser obtenida
por una combinación de recortes presupuestarios y nuevos ingresos fiscales. Según
sus cálculos, la recesión crecería del 0,6 al 0,8 por cada 10.000 millones
recortados en el presupuesto, alimentando así una espiral descendente. Si
tuviera lugar un rescate de España, se necesitaría mucho mas que para los
bancos, para romper así el circulo vicioso.
Otro elemento que pone en evidencia la gran
fragilidad de la situación española, los bancos –de los que ya se sabe la
dependencia que tienen de las inyecciones de liquidez del BCE- han aumentado su posesión de
obligaciones de deuda española en un 29% en diciembre y enero (últimos datos
conocidos). El resultado es una mayor interdependencia de las finanzas de los
bancos y del Estado, como si de la unión de un ciego y un paralitico se
tratara.
Desde 2007, la estructura del endeudamiento de los bancos europeos ha evolucionado considerablemente. Según un estudio de Citigroup, se ha pasado de un 80% de obligaciones emitidas por los bancos a solo un 10%, siendo compensada la diferencia por los préstamos del BCE y de las obligaciones estructuradas que son empaquetados con activos que las garantizan. Los préstamos a tres años (LTRO) del BCE han acentuado ese fenómeno nefasto que prioriza a los inversores públicos con respecto a los privados y subordina sus rembolsos a otros que son prioritarios en caso de incidente, dándoles menos probabilidades de recuperar lo invertido. Se acentúa de ese modo el abandono de ese mercado antes atractivo, creando un segundo círculo vicioso menos aparente que el anterior pero mucho más pernicioso.
La banca española concentra todos los inconvenientes y peligros de esta situación, justificando su rescate prioritario. Mas allá de ese caso, se confirma que la base financiera sobre la que se apoya el sistema bancario esta dañada, lo que es peor que la acumulación de activos tóxicos que se sigue esperando puedan evacuarse con el tiempo. Considerado como provisional, el papel del BCE podría ser un “provisional” destinado a durar mucho, transformando el funcionamiento del sistema capitalista financiero.
La crisis española es reveladora de la del sistema.
Desde 2007, la estructura del endeudamiento de los bancos europeos ha evolucionado considerablemente. Según un estudio de Citigroup, se ha pasado de un 80% de obligaciones emitidas por los bancos a solo un 10%, siendo compensada la diferencia por los préstamos del BCE y de las obligaciones estructuradas que son empaquetados con activos que las garantizan. Los préstamos a tres años (LTRO) del BCE han acentuado ese fenómeno nefasto que prioriza a los inversores públicos con respecto a los privados y subordina sus rembolsos a otros que son prioritarios en caso de incidente, dándoles menos probabilidades de recuperar lo invertido. Se acentúa de ese modo el abandono de ese mercado antes atractivo, creando un segundo círculo vicioso menos aparente que el anterior pero mucho más pernicioso.
La banca española concentra todos los inconvenientes y peligros de esta situación, justificando su rescate prioritario. Mas allá de ese caso, se confirma que la base financiera sobre la que se apoya el sistema bancario esta dañada, lo que es peor que la acumulación de activos tóxicos que se sigue esperando puedan evacuarse con el tiempo. Considerado como provisional, el papel del BCE podría ser un “provisional” destinado a durar mucho, transformando el funcionamiento del sistema capitalista financiero.
La crisis española es reveladora de la del sistema.